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¿El perro tiene que llevar bozal en el transporte público?

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Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

A todos los que tenemos un perro como animal de compañía nos surgen multitud de dudas acerca de cuáles son las normas a la hora de movernos con él en el transporte público, como por ejemplo si existe obligación de ponerle el bozal. Pues bien, la normativa depende de cada comunidad autónoma y municipio. En cualquier caso, los canes de asistencia y los canes guía pueden subir al transporte público sin ningún tipo de problema.

En ciudades como Madrid y Barcelona, podemos viajar con nuestro perro en el metro. Ahora bien, hay algunas horas en las que las mascotas no pueden acceder a las instalaciones, por lo general las horas punta de primera hora de la mañana y última de la tarde. En ambos casos es obligatorio que el perro lleve puesto el bozal.

En el metro de Bilbao, el perro no tiene por qué llevar el bozal. Ahora bien, es obligatorio que vaya en brazos de su dueño y con correa o en el transportín. En ningún caso puede ocupar algún asiento o tocar el suelo. La normativa prohíbe el acceso a las instalaciones a los perros potencialmente peligrosos.

En la mayoría de ciudades españolas, sólo pueden subir al autobús los canes que caben en un transportín.

En el caso de los trenes de cercanías, los perros deben llevar bozal e ir sujetos con una correa no extensible, sin necesidad de transportín. Los trenes de larga distancia únicamente permiten el acceso a canes de hasta 10 kilos de peso, y deben viajar en transportín.

Casos en los que el bozal no es una buena idea

Aunque en algunos casos el bozal es obligatorio para poder viajar con nuestro perro en el transporte público, debemos tener mucho cuidado de no abusar de él.

Si, por ejemplo tiene la costumbre de pararse por la calle a olisquear y mordisquear todo lo que encuentra a su paso, quizá nos parezca que ponerle un bozal para que no lo haga es una buena opción. Pero nada más lejos de la realidad.

Lo que debemos hacer es solucionar el problema con entrenamiento y educación. Utilizar un bozal para resolver una situación en la que el animal tiene miedo o se pone agresivo no tiene ningún sentido.

Por supuesto, tampoco debemos ponerle el bozal si se queda solo en casa y hace destrozos. Lo más probable es que se trate de un problema de ansiedad por separación, y el bozal, lejos de solucionarlo, puede incluso empeorarlo.

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